Celebremos la libertad de expresión

Libertad de expresión: la escritura como agente del cambio

En México el 7 de junio celebramos algo muy especial. Celebramos el tener voz y pluma; poder decir lo que queramos por el medio que queremos. En 1951, al mandato de Miguel Alemán Valdés, se estableció esta fecha como el Día de la Libertad de Expresión.

Aunque esta publicación es parte de la sección de “Tips para Escritores”, esta vez no se trata precisamente de eso. Hoy nos tomamos licencia pues creemos importante hacer honores a los grandes personajes que han cambiado el mundo y dado voz a aquellos que no la tienen, propagando ideas y mensajes que impulsan el crecimiento de la sociedad.

La libertad de expresión ha dado paso a que el trabajo de grandes escritores lleguen a nuestras manos. Sin esta posibilidad, indudablemente, el acceso que tenemos a la lectura actualmente sería reducido en un número gigantesco y los temas serían acotados a lo que el gobierno considerara adecuado y benéfico para sus propios intereses. Sabemos que hay un largo trecho antes de lograr la absoluta libertad de expresión, pero definitivamente es una fecha para celebrar a los grandes filósofos, historiadores, periodistas, ensayistas, pensadores y demás, que han cambiado el mundo con sus palabras y acciones.

Podríamos empezar este homenaje mencionando a algunos de los grandes filósofos que hablan de la libertad de expresión como Montesquieu, Voltaire y Rousseau, quienes afirmaban que la posibilidad de expresar los pensamientos abría mundos y nos haría crecer como sociedad, cultivándonos mutuamente.

En el mundo de la filosofía tenemos a muchísimos que han influenciado la manera en la que el mundo funciona actualmente, y mencionar a todos desviaría el objetivo de esta nota, sin embargo, desde Aristóteles hasta Villoro, de Hegel a Lipovetsky y de Habermas a Gargallo, todos, de alguna manera, han contribuido a la manera en la que se mueve el mundo en diferentes sectores y son marca y prueba fehaciente de la libertad de expresión.

Si comenzamos a hablar de periodistas, podemos dedicar trabajos enteros a reporteros y comunicólogos que han marcado el rumbo de la libertad de prensa en el mundo. Igual, es imposible mencionar a todos, pero hay varios que no podemos dejar de mencionar. En los inicios de la historia de la prensa tenemos a grandes como Díaz Mirón, Francisco Zarco, Ignacio Ramírez, mejor conocido como El Nigromante; Maria Luisa Ross Landa, Isabel Prieto Landázuri, Altamirano, José Guadalupe Posada, Vasconcelos, Justo Sierra entre muchísimos otros. La mayoría de estos también fueron políticos, pero eso habla de la estrecha relación que ambas carreras tienen, y de la importancia de la libertad de palabra.

Quino no aparece en la lista, pero nunca lo olvidamos

Creemos que también es importante mencionar a grandes periodistas mexicanos que hoy en día hacen nuestro país un lugar más plural e informado. Carmen Aristegui, Denise Dresser, Lydia Cacho, Adela Navarro Bello, Denise Maerker, Sanjuana Martínez, Elena Poniatowska, Julio Scherer García, Jacobo Zabludovsky, Vicente Leñero, Luis Spota, Héctor Pérez Martínez, Jorge Ramos, José Cárdenas, Karla Iberia Sánchez, Julio Hernández L., Pascal Beltrán del Río, entre muchos otros, han sido periodistas que permiten que conozcamos más sobre lo que verdaderamente está sucediendo en nuestro país.

En el ámbito de la narrativa, dentro y fuera de la ficción hay una gran oferta de escritores que han propiciado la libertad de expresión y que han abierto nuestras mentes a mundos nuevos. Es difícil, una vez más, nombrar a todos, pero aquí listamos a algunos: Alan Moore, George Orwell, Sor Juana Inés de la Cruz, Juan Rulfo, Octavio Paz, Isabel Allende, Tolkien, Tolstoi, Lewis Carroll, Carlos Fuentes, Alfonso Reyes, Gabriel García Márquez, Borges, entre miles y miles más, de todas las épocas desde que existe la escritura.

Sabemos muy bien que nos faltan miles de nombres por mencionar, y la lista sería eterna, sin embargo no podíamos dejar de hacer una brevísima mención de por lo menos algunos de los que han abierto puertas y movido montañas para que podamos alzar la voz. Sigamos su ejemplo, aprovechemos el camino que tantos han abierto para nosotros y gritemos a los cuatro vientos.