Aprende a jugar con la sintaxis de la descripción para atrapar a tu lector
El arte y oficio de la escritura, además de ser intensamente bello y gratificante, es amplio, es complejo. Con las mismas herramientas (palabras, gramática, etc) podemos lograr obras infinitamente diferentes unas de otras, dependiendo del objetivo del texto, del estilo narrativo, de su género literario y de mil y un otros detalles que forman la esencia y personalidad de un texto. Los escritores, guardianes y perpetuadores del oficio, somos los que debemos marcar la pauta y ritmo de éstos para que lo que escribimos sea la mejor versión de sí mismo, y contamos con cientos de formas para hacerlo. Una de ellas (principalmente para textos literarios) es jugar con la sintaxis en las descripciones, lo cual crea un fuerte impacto y ayuda a definir la voz del narrador.
Ya hemos hablado de la sintaxis en otras publicaciones, pero para aquellos que no las han leído o que no las recuerdan haremos un breve repaso:
La sintaxis es la parte de la gramática que establece la forma en que se articulan las palabras. La usamos para formar las oraciones y expresar conceptos de forma consistente. Esta forma (u orden) debemos establecerlo de acuerdo con las necesidades comunicativas del texto en dos sentidos: estructura informativa y estructura sintáctica. La combinación de ambas estructuras genera una relación lógica de las partes del texto. Si una falta, el texto resultará incoherente y se complicará su interpretación.
Ahora, si aplicamos este conocimiento a partes específicas del proceso creativo (las descripciones, por ejemplo) podremos, entre otras cosas, crear efectos distintos en nuestros lectores y modificar a nuestro antojo el estilo narrativo, la voz del narrador y sumergir al lector en el ambiente que describes, por ejemplo:
... húmedo era el aire, húmedos eran sus labios y húmedo fue el beso que selló mis silencio...
... el aire era húmedo, sus labios eran húmedos, y el beso que selló mi silencio fue húmedo...
... nada más que negro veía, oscuridad absoluta la rodeaba, acompañada de un escalofriante rechinido metálico que robaba el alma...
... no veía más que negro, la rodeaba absoluta oscuridad acompañada de un rechinido metálico escalofriante que robaba el alma.
Es importante recalcar que las descripciones influyen directamente en lo que el lector imagina al leer lo que narramos, y le permite vincularse a profundidad con el texto, ya que al describir el ambiente y contexto de lo que sucede reducimos el camino que debe recorrer el lector para alcanzar la imagen que deseamos crear, y nos ayuda establecer niveles de jerarquía o importancia, un ejemplo claro podría ser:
- “Érase un hombre a una nariz pegado”
que no es lo mismo que
- "Érase una nariz a un hombre pegada."
Aquí Lope de Vega habla de una gran nariz, en un sentido burlón, y lo hace eligiendo el orden de las palabras para que la importancia recaiga sobre ella más que sobre su dueño.
No olvides que deberemos siempre cuidar que el estilo esté unificado en todo el texto para que el lector lo comprenda fácilmente como un todo, además de que será más claro, ameno y de fácil lectura.
Esperamos que esta publicación te sea útil, y te recomendamos experimentar y practicar con estas herramientas. Utiliza tus adjetivos como piezas intercambiables, sin olvidar que nuestro idioma es muy vasto y se puede describir usando otras herramientas narrativas. Verás que te resultará un ejercicio útil y divertido.
No olvides que todos tus comentarios son bienvenidos.