- Quiero tomar el hábito de la lectura -
¿Cuántas veces lo hemos dicho? ¿A cuántas personas hemos escuchado decirlo? Más de una, seguro. Es un propósito muy positivo que, al lograrlo, nos puede resultar verdaderamente beneficioso: Leer nos ayuda a abrir puertas a mundos nuevos, a expandir nuestros horizontes, a obtener información valiosa que nos ayudará a resolver situaciones en el futuro, a conocer opiniones de otras personas sobre temas específicos, a ejercitar la imaginación y la memoria y quién sabe cuántas cosas más. Pero todo esto ya lo sabíamos ¿verdad? Es la razón por la que nos interesa formar éste hábito. Ahora sólo nos falta eso, cambiar el estatus de propósito a hábito. Pero ¿cómo?
Para empezar definamos: un hábito es, según Ann M. Graybie y Kyle S. Smith, cualquier comportamiento repetido regularmente, que requiere de un pequeño o ningún raciocinio y es aprendido, más que innato. Son formados por la repetición de un comportamiento, pues el cerebro empieza a formar “caminos” o secuencias que toman los impulsos eléctricos, de tal manera que con el tiempo esos caminos se convierten usuales y automáticos. Así que para formar nuevos hábitos tenemos que cambiar nuestra rutina, y esto probablemente sea lo más difícil de toda esta danza.
Haciendo una pequeña investigación para este artículo encontramos un excelente blog llamado Método Silva de Vida, del que sacamos los siguientes consejos para formar hábitos. Al final del artículo encontrarás el link para que puedas ver la información completa.
Establece objetivos a corto plazo: Cuando nuestras metas son difíciles de alcanzar, frecuentemente las vemos tan lejanas que al pensarlas nos sentimos desmotivados y ni siquiera empezamos del todo. Para que esto no pase puedes dividir tu meta en una serie de objetivos más pequeños. Es más fácil cumplir el propósito de leer diez páginas a la semana que diez libros al año.
Establece disparadores: Un disparador es un recordatorio que te impulsa a actuar. Puede ser una alarma que avise que en dos horas será momento de ir a la cama, puede ser que dejes tu libro sobre tu sillón favorito o frente a la televisión, o cualquier cosa que te ayude a recordar tus objetivos. Toma en cuenta que de nada sirven los disparadores si no hacemos nada al respecto. Es como el despertador, de nada sirve que suene si no te levanta de la cama.
Ojalá estos consejos te hayan servido, si quieres ver más da click aquí para ver el blog del que los sacamos. Sólo nos queda desearte ¡feliz lectura, que sea toda una aventura!