La voz de tu texto crea vínculos con tu lector
La voz que se utiliza en un texto puede definir completamente la relación que el lector crea con la historia. La manera en la que le hablamos —aunque no sea en primera persona, le estamos hablando— modificará el vínculo que cree con la lectura, y por eso es muy importante que seleccionemos la correcta para el tipo de texto que estamos escribiendo; no es igual la relación que el lector crea con un ensayo, una novela o una columna de opinión o un documento técnico.
Según Documentos Con Sentido, “la voz activa indica que el sujeto realiza, ejecuta y controla la acción del verbo.” En este tipo de construcción lingüística, el foco de atención está en quién realiza la acción. Por ejemplo, Carlos está devorando esa hamburguesa.
En cambio, en la voz pasiva, la acción no es llevada a cabo por el sujeto: “sugiere que la acción que indica el verbo es desempeñada por un complemento o agente y no por un sujeto.” Usando el mismo ejemplo, la oración se formaría así: La hamburguesa está siendo devorada por Carlos.
Parecería que cualquiera de las dos formas crearían la misma reacción en los lectores, sin embargo la voz activa “invita a los lectores a seguir leyendo, pues genera la sensación de que les hablamos de frente” y crea una relación más cercana entre el lector y la historia. Esto no significa que la segunda modalidad sea incorrecta, solamente hay ocasiones en la que es más conveniente que el lector sienta una relación instantánea con la acción que el sujeto realiza para poder adentrarse más en la narrativa.
Por Sofía Viramontes
