En la creación literaria, particularmente cuando se trata de una narración de ficción, el diseño de nuestros personajes es una de las partes más importantes del trabajo, pues de su profundidad depende el vínculo que el lector crea con ellos. Y aunque bien es cierto que normalmente nuestros personajes nos rebasan y se salen de nosotros para tomar vida propia, es necesario que tengamos control de los detalles que le dan la personalidad y características que le hacen único, sobre todo al dar vida al protagonista de la historia, al héroe.
Para empezar, definamos: un héroe es una persona que se distingue por haber realizado una hazaña extraordinaria, admirado por sus buenas cualidades, que reflejan un mejor individuo. Alguien que se sacrifica por una idea más grande que él o ella misma. Sin embargo todo héroe o heroína es humano y, de acuerdo con varias culturas, siguen un camino. Los planteamientos a los cuales el héroe se encuentra van definiendo ciertos rasgos del héroe. Joseph Campbell en su libro El héroe de las mil caras describe la idea de héroe como un entendimiento universal y define pautas que se ven siempre dentro del camino de éste.
La construcción de un héroe, más que una línea general para una historia, es una base técnica que nos servirá para poder interpretar al personaje creado, y saber que haría en las situaciones que transformarán la historia, pues sus decisiones alteran el universo completo de la narrativa. Esta herramienta es una forma de crear vínculos con nuestro personaje, y a lo que esta “formula” nos lleva es a entender la importancia de cada una de las etapas que transforman al personaje en un verdadero héroe.
Daremos aquí una breve explicación de las etapas del viaje del héroe:
- El llamado a la aventura: Como su nombre lo indica es el momento en que nuestro personaje principal se ve obligado a responder al llamado. Es la redirección de una vida cotidiana, que se convierye en la persecución de algo mayor por lo cual el personaje se ve destinado a cambiar. La autorrealización de un poder mayor y de la necesidad de cumplir un objetivo. Como ejemplos podríamos considerar la muerte de los padres de Batman, el anillo de Bilbo o la aparición de una carta de aceptación a Hogwarts.
- El rechazo al llamado: El personaje intentará escapar una y otra vez a su llamado al destino por miedo, inseguridades o diferentes características que darán nota de cómo es. Esta característica definirá a nuestros héroes y heroínas como seres humanos y no como partes de una trama.
- Ayuda supernatural: Después de haber aceptado el llamado a la aventura nuestro héroe tendrá una “ayuda sobrenatural”, como llama Campbell al momento en que el personaje recibe algo que le será indispensable para seguir. Puede ser una espada, una pócima, un mapa, un anillo o el número de celular de un benefactor anónimo; básicamente es una representación metafórica de lo que nuestro héroe necesitará para recorrer su camino. La forma de ser del personaje puede develarnos un poco qué objeto podría ser el que necesita, las características personales de nuestro nuevo amigo nos pueden mostrar lo que le falta para poder avanzar sobre su aventura, al igual que sobre el conocimiento de sí mismo. Esta ayuda no tiene que ser forzosamente de carácter físico, puede ser representado a través de un mentor, enseñanzas, sueños, recuerdos, etc…
- Cruzar el umbral: Ésta etapa supone ser el momento definitivo dentro de la aventura, normalmente, después de esta parte de la historia es casi imposible regresar al mundo ordinario. El umbral suele estar custodiado por un guardián, un sujeto que puede transitar dentro de los dos mundos.
- La caverna más profunda: Dentro de ésta etapa el héroe debe explorar dentro de su psique para lograr entenderse y enfrentarse a sí mismo para poder confrontar sus debilidades. Uno de los clásicos ejemplos será Batman al aceptar su miedo a los murciélagos.
- El camino de las pruebas: Una vez preparado y habiendo aceptado su destino, eligiendo cumplir con él, nuestro héroe o heroína deberá enfrentar una serie de pruebas que determinarán su voluntad para cumplir con sus objetivos, además cada una de estas pruebas nos ayudaran a definir nuestros personajes.
- El encuentro con la diosa: En éste punto del viaje es que el héroe aprende lo que es el amor, ya sea romántico, maternal o fraternal.
- Las tentaciones del héroe: Normalmente son representadas como dinero, amor, poder y fama, aunque el límite está marcado por nuestra propia creatividad. Serán vicios que el héroe o heroína deberán de poder resistir o negar demostrando su fuerza de voluntad y como compromiso con la empresa. Determinantes que el escritor puede usar para delimitar la fortaleza de su propio personaje. Para crear un personaje interesante recomendamos que las tentaciones sean las mayores debilidades del héroe.
- Enfrentamiento con el ente superior: Una vez que nuestro amigo o amiga ha perdido toda la esperanza y ha utilizado todos sus recursos recurre a una fuerza mayor, una fuerza que antes rechazaba pero ahora anhela pues ha entendido como funciona. El héroe acepta la fuerza superior como parte del universo y reclama ayuda para poder lograr sus metas.
- Apoteosis: Éste es el momento clave del héroe, cuando logra convertirse en un ente superior. Muchas veces en la literatura se representa esta etapa como la muerte y el renacer. Cuando el sujeto ya no es el mismo y crece más allá de sí para entender las cosas desde una siguiente dimensión o nivel de comprensión.
- El regreso de la aventura: Una vez que ha crecido, se ha convertido en un ser superior y completado su última prueba, el héroe logra su objetivo y cumple su destino. Sólo entonces puede regresar al mundo ordinario con todo lo aprendido, y así compartirá con el mundo su aprendizaje.
El camino del héroe es la empresa que éste deberá resolver, y tener un camino bien diseñado y considerar los retos y las etapas que deberá de cruzar nos podrá ayudar a definir nuestro personaje y acercarlo más a lo humano, creando así un vínculo con el lector.
Toda la estructura aquí mencionada es un recurso vital tanto en la literatura como en el cine, la televisión y en los videojuegos. Saber definir estos puntos dentro de la historia y tener la capacidad de doblarlos, mezclarlos u omitirlos a voluntad para crear una historia rica y compleja es una gran herramienta que potencializa nuestra escritura. Si consideramos por un segundo que ya todo ha sido contado, llegaremos a pensar que es cierto y por ende tendremos como obligación alterar a aquel a quien le sucederán las cosas ya contadas, para narrarlas de forma única, nueva, fresca.
Por Nicolás Camacho