Tanto en el lenguaje hablado como escrito, una persona que puede variar y sorprender al interlocutor con nuevas maneras de decir las cosas, produce interés y entusiasmo. Un texto monótono y rutinario puede generar aburrimiento y tedio en el lector.
Tanto en el lenguaje hablado como escrito, una persona que puede variar y sorprender al interlocutor con nuevas maneras de decir las cosas, produce interés y entusiasmo. Un texto monótono y rutinario puede generar aburrimiento y tedio en el lector.