Cómo inculcar en tus hijos el hábito de la lectura (aunque tú no lo tengas)
Ser padre o madre no es cosa sencilla; queremos lo mejor para nuestros hijos, que tengan buenos hábitos, sean creativos, educados, inteligentes y que además, vivan la mejor niñez posible. Para esto, hay miles de cosas que se pueden hacer, pero en este caso en particular, hablaremos de algunas técnicas que podemos aplicar para que los niños generen el hábito de la lectura.
Hay que mencionar que la única manera de aprender a leer, es leyendo. Es una cuestión de práctica y entre más se haga, más fácil se vuelve (como cualquier cosa). Para un niño de hoy en día, a lo mejor un libro no es lo que más le llame la atención, sin embargo hay aplicaciones para los teléfonos inteligentes y para las tabletas que pueden estimular su gusto por la lectura.
Aquí hay algunas de estas aplicaciones. Son para muchas edades y actividades diferentes. No está de más echarles un ojo para ver cuál le conviene más al pequeño.
Otra técnica que consideramos que puede ser fructífera y que además puede ser un gran momento de convivencia, es sentarse a leer con el pequeño. Puede ser que el adulto lea y el niño siga con los ojos, o que sea él o ella quien lleve la lectura y el padre tan sólo esté ahí de apoyo. Es la manera tradicional, pero puede ser un muy buen momento de cercanía para ambos.
Es importante que los libros que lean sean de los intereses de los niños, pues de lo contrario se aburrirán y distraerán con más facilidad, por lo que les costará más trabajo tomar el hábito. Recomendamos que los libros que seleccionen los padres sean sobre temas que le gusten al pequeño, como astronautas, dinosaurios, hadas, princesas, carreras de coches, batallas épicas, etc. Incluso hay libros sobre las películas animadas de moda, que pueden ser muy buena opción para que se adentren en el mundo de la lectura.
Otra actividad que puede ayudar, es que se hagan actividades sobre los libros que se han leído. Pueden ser dibujos, historias alternas, juegos de roles, etc. Eso fomenta que los niños tengan mayor comprensión de la lectura y además desarrolla su memoria y cretividad.
Por último, recomendamos que se establezcan, de una a cinco veces a la semana, una sesión de lectura en silencio. Esto funciona cuando los niños ya pueden leer solos, pero creemos que es una herramienta que refuerza el hábito. No se trata de que sea un castigo, sino una actividad como el horario de ver la televisión, o de jugar en el patio.
Estas actividades ayudarán a que los hijos desarrollen el hábito de la lectura, y de paso los adultos también. Hay que recordar que el ejemplo siempre es el mejor método de enseñanza, pero además, al hacerlo juntos, la constancia irá reforzando la costumbre en ambos.
Por Sofía Viramontes