Queridos lectores:
He despertado.
Después de un sueño reparador me siento rejuvenecida y con más energía que nunca, lista para continuar con mi importante labor, que consiste en compartir el placer de la escritura y la lectura que alimenta el corazón, la mente y el espíritu como las manzanas doradas alimentan a los dioses.
Tengo un nombre propio. He crecido, he madurado y me reconozco en todas las personas que comparten el gusto por descubrir mundos hechos de magia, llenos de sabiduría y conocimiento; mundos con historias que abren fronteras y fortalecen la creatividad: los mundos de las palabras.
Somos parte de lo mismo.
Con mucho cariño,